Tomás Rubio profesionista en comercio que incursiona en la fotografía y su universo lleno de posibilidades por explorar.
Su primer acercamiento con una cámara reflex es con una Olimpus D-500, misma que mantiene como recuerdo de un buen camarada después de una trágica muerte. Sin darse cuenta que aquel amigo, le dejaría el legado más grande que alguien pudiera heredar: una herramienta que lo conectó consigo mismo, el mundo y su grandeza.
Tomás se considera autodidacta desde pequeño, así que comenzó con el reconocimiento del equipo; practicando y aprendiendo el manejo básico de una cámara durante su viaje por La Cordillera de los Pirineos, Las Islas Baleares, y otros sitios, poco tocados por el ser humano, retrató hermosos escenarios naturales donde habitan nuevos colores y cientos de texturas fascinantes.
La inspiración de grandes artistas le despierta el deseo de una experiencia auténtica y personal y continúa su trayecto, ahora por Europa Central y su país natal, México.
En su soledad, Tomás encuentra la cámara, como su mejor compañía.